Al mismo tiempo, como bien aseguró García Lorca, "El español que no ha estado en América no sabe lo que es España”. Me permito agregar: solo a quien conoce la verdadera gloria de la Historia de España, se le cae el mundo y se le sube España.
España, como motor de un modelo civilizatorio que transformó la historia del planeta. Entiéndase: la Hispanidad, no es el sueño romántico de un grupo de gentes que vive en el pasado. Hispanidad es presente: legado, tradición, cultura, motor y potencia. La Hispanidad es la gema pulida ayer, hoy piedra preciosa de un imperio generador. Es una forma de percibir el mundo, de enfrentarlo, de integrarlo, de transformarlo, de construirlo. Ser hijo de la hispanidad, va más allá que ostentar una nacionalidad. Es una pulsión de vida. Es el gen que vive en el ADN de casi 550 millones de personas que comparten idioma, cultura y credo. Es el calor perpetuo del hogar de millones de herederos de un mismo legado. Es el resultado final de un poderoso imperio generador (a diferencia de su contraparte británica que fue un imperio depredador).
Es la encina con flores turgentes que se asienta, con raíces profundas y ramas frondosas, sobre el muro de roca de su superioridad moral. Sí: “superioridad moral”. Porque la superioridad moral de la Hispanidad desde que florecía en el naciente imperio, es absolutamente indiscutible. ¿Un ejemplo? Los millones de herederos del indígena autóctono que hoy pueblan sus tierras (algo imposible de encontrar en los territorios colonizados por el Imperio Británico, los EE.UU., en donde los indígenas fueron exterminados de forma deliberada e inhumana).
España supera a Roma porque estampa en su estirpe y herederos una ética y fuerza moral practicante y devota. Sus monarcas gobiernan “poniendo la mira en las cosas de arriba, no en las de la Tierra”, como bien demostró Isabel La Católica. España se compromete y levanta noble el estandarte del catolicismo para cumplir este proyecto y misión. Y se propone conducir con esto el navío de la transformación evangelizadora mas extraordinaria del mundo.
Se convierte en el crisol de la primera globalización. En la constructora del proceso civilizatorio más impresionante y unificador de la Historia. España lo hace ondeando la bandera de la ética cristiana como motor moral, la bandera del cultivo intelectual en la construcción de universidades, lo hace guardando y difundiendo la piedra angular del mensaje de Cristo “trata a tu prójimo como a ti mismo”. Tarea materializada como orden de la corona imperial en el respeto a la indios. Los documentos son potente evidencia que esto fue una cuestión real, en todo el sentido de la palabra. Ya sea en la creación de sendos corpus literarios de lenguas como el quechua, guaraní o aymara. Ya sea promoviendo matrimonios entre españoles e indígenas al amparo de un codicilo real. Ya sea la de consagrar con la condición de “españoles” a los nacidos en cualquier pedazo de tierra español, en cualquiera de los confines del planeta en donde se hundía el estandarte con la cruz.
Y como España y su Hispanidad son realidad, fuerza, legado, pulsión, alma, espíritu y gen moral, es potente. Potencia que debía y debe ser destruída por sus enemigos. Enemigos antihumanidad, antiespañoles, anticristianos y anticatólicos. He aquí que los mitos y las leyendas negras antiespañolas son diligentemente incoadas por sus enemigos para apagar fuerza, legado, pulsión, aura, espíritu y potencia.
Como hijos de la Hispanidad es nuestro deber volver a conectar lo que nuestros enemigos deliberadamente desensamblaron. Reunir legado, pulsión, espíritu, hermandad, potencia y gen para re-construir por derecho y mérito, nuestra realidad imperial generadora. Reunificarla. ¿Cómo lograrlo? Adentrándonos a la gloria de lo que es la Hispanidad. Descubriéndola, comprendiéndola, amándola, como nuestra esencia. Lo que realmente somos. Repito: a quien re-conozca la verdadera gloria de la Historia de España, se le caerá el mundo y se le subirá España, en su realidad palpable: nuestra Hispanidad.
Te invito a mirar un video para que comprendas el por qué la Hispanidad es tan poderosa... y peligrosa.
Autor: Mar Mounier.
En X: @elhigadodmarita