Pueden descargar toda su furia en esta publicación pero pido a quienes lean, tomar esto en cuenta. Solo intenten reflexionar al respecto.
Mar Mounier.
La batalla espiritual de este espacio-tiempo histórico se fundamenta en dos contrarios: "Serviam" versus "Non Serviam".
- Serviam o "soy tu siervo" como la contemplación y comprensión humana de un orden natural y divino que ha creado, impulsa y conduce su existencia (Dios-creador).
- Non Serviam o "no te serviré" como la negación de ese orden natural y divino que conduce al hombre a su caída, parasitación y alejamiento de Dios y de su misión real en este plano de existencia (Lucifer-arquitecto que reconfigura la creación para revertir el plan de Dios).
Dentro del orden natural observado en lo político, las 'democracias' representan a un poder vertical que emana del inframundo*, de lo más bajo (de abajo hacia arriba), para desde allí proyectarse hacia el cielo ("¿recuerdan la famosa frase "como es arriba es abajo"?). Quienes gobiernan "democráticamente" imponen leyes bajo la excusa de un "progreso" que solo busca la reconfiguración de la naturaleza humana para su degeneración, depravación y desracionalización. Ese poder fáctico del sistema democrático luciferino se encuentra en los actuales gobiernos del mundo, regentados por seres sin alma y psicópatas oportunistas.
Las monarquías, en comparación con las democracias, son también instituciones verticales pero esta vez, el poder es descendente (de arriba hacia abajo). Y en vez de surgir del inframundo, en este caso es concedido por un misterio de divinidad y humanidad: el poder jerárquico proviene de lo Alto. Como defendía Dante Alighieri en su "Monarquías", el poder del monarca proviene de la autoridad de Dios, de la observancia del orden natural y sobrenatural y equilibrio. Ostenta la misma Gracia Divina (Dei Gratia).
El ser humano NO es solo hueso y carne. Es también Alma. Y en esa dimensión se libra la guerra más importante y vital. Recordemos al gran Juan Donoso Cortes: "en toda gran cuestión política va envuelta una cuestión teológica" (1853). Las monarquías o imperios, -especialmente la católica española como institución y forma de gobierno- encarnan al "Serviam". Atacando al rey no estamos disparando contra Felipe VI: rebajamos sin querer al sistema de gobierno y a la institución que ha sido violentada, revertida y parasitada por el globalismo luciferino desde la Revolución Francesa. Criticar al rey es una cosa. Atacarlo para degradar lo que representa, otra. A estos infrahumanos "demócratas" divorciándonos del Orden Natural y Sobrenatural en el nivel político, les conviene que nos alejemos del hilo que conduce al hombre a Dios, que reneguemos de este, que despreciemos el orden natural y su consecuente ordenamiento político. Recordemos que los monarcas fueron formados para amar y servir a su pueblo. El político no tiene ninguna formación solo oportunismo. Generalmente es un amoral que solo busca privilegios y beneficios personales.
Podemos discutir por horas sobre el tema, pero en algo es necesario estar claros: hay una línea delimitada, clara y marcada con sangre, sudor y lágrimas en la guerra que hoy divide al mundo: Serviam y Non Serviam. No percibirlo es no comprender cómo esta pugna extraordinaria emana en todo aspecto y nivel de nuestras vidas (político, filosófico, cultural, económico, antropológico, etc).
El cuento que la democracia emana "del pueblo" es una vil mentira. Demostrado está que el pueblo no tiene poder alguno contra las estratagemas de potestades y huestes infernales.
Autor: Mar Mounier.
En X: @elhigadodmarita