Algún día se sabrá si España fue una opción escogida libremente o por el contrario le fue impuesta a Edmundo Gonzalez por el gobierno de Nicolás Maduro en una indudable demostración de fuerza.
Humberto González Briceño.
La salida de Edmundo González de Venezuela es la constatación del clima de represión y persecución política que se vive en Venezuela. También es la confirmación de que el régimen chavista sigue controlando todas las instancias del poder político y militar.
En una negociación, cuyos detalles no se conocen, Edmundo Gonzalez, el gobierno de España y el régimen chavista acordaron cómo sería la salida de Gonzalez de Venezuela.
Algún día se sabrá si España fue una opción escogida libremente o por el contrario le fue impuesta a Edmundo Gonzalez por el gobierno de Nicolás Maduro en una indudable demostración de fuerza.
En Venezuela queda un dramático desconcierto no tanto por la salida de Gonzalez del país sino por la ausencia de un discurso que comunique la certidumbre de una estrategia o un plan para derrocar al régimen chavista.
Después del 28 de julio la lucha del bloque opositor se ha centrado en pedir la publicación de las actas electorales al régimen chavista. Reclamo al cual se han unido gobiernos aliados del chavismo tales como Brasil, Colombia, España y México. Pero es una lucha que se ha debilitado con los días porque su resolución depende de la decisión del régimen chavista, que ha dicho en público y privado que las actas no serán publicadas. En una indudable concesión a la realidad los países amigos de Maduro han expresado su frustración y han abandonado el reclamo en la práctica.
Así las cosas, en medio de tácticas condenas diplomáticas que enmascaran el interés de varios países de continuar sus negocios con el régimen chavista los esfuerzos para hacer respetar la decisión de los venezolanos el 28 de julio se diluyen rápidamente como ya ha ocurrido en otras elecciones.
El bloque opositor, con María Corina Machado, a la cabeza parece seguir atado a la fase de exigir la publicación de las actas y tratar de mantener viva la esperanza de que el 10 de Enero de 2025 Edmundo Gonzalez será juramentado como presidente de Venezuela. Hasta los menos informados se preguntan cómo eso sería posible con unas Fuerzas Militares alineadas con el chavismo y con todas las instituciones del estado chavista cerrando filas en torno a Maduro.
La ausencia de una perspectiva cierta de lucha que parece suspendida en una nebulosa de frases y consignas vacías parece ser el detonante más potente para propagar el miedo y la incertidumbre. Esto ocurre en un contexto social y político caracterizado por el desmantelamiento de la nación venezolana y sus instituciones.
La decepción y la frustración de los venezolanos con la barbarie chavista y con la falsa oposición es lo que ha empujado en el pasado oleadas de millones a abandonar el país. Hoy las condiciones que llevaron a venezolanos a buscar refugio en otro país se mantienen y han empeorado.
Hay quienes defienden con vehemencia que Edmundo Gonzalez haya abandonado el país para proteger su vida. Y es cierto. Por las mismas razones no se puede cuestionar a los venezolanos que hoy amanecen con planes para huir de Venezuela, siguiendo los pasos de Edmundo Gonzalez. Aunque la mayoría no podrá hacerlo con asilo aprobado y en avión como aquel.
Artículo original en: La Razón.net
Autor: Humberto González
EL AUTOR es abogado y analista político, con maestría en Negociación y Conflicto en California State University.
.
En X: @humbertotweets